Reino Unido: como elegir tu tarjeta de móvil

Así como en España, las dos formas de pago de telefonía son con antelación o con contrato.El pago por antelación se hace con tarjetas prepagadas, que son muy flexibles en cuanto tu compras crédito y puedes recargar cuando lo necesitas. Además de las tarifas, hay que tener en cuenta si hay costes para comprar la tarjeta, si hay costes de recarga y para cuanto tiempo la tarjeta va a será valida para hacer o recibir llamadas.

La opción del contrato te permite de no pagar nada hasta la fin del mes y normalmente ofrece tarifas mas convenientes o descuentos a la hora de comprar móvil.

Si quieres hacer un contrato, tienes que informarte sobre el coste por mes, la duración mínima del contrato y los servicios que están incluidos en el plan que has elegido.

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Todas las compañías de Reino Unido te piden domiciliar la factura de tu contrato en tu cuenta bancaria, pero si eres extranjero y tienes una cuenta de hace menos de tres años no podrás hacer un contrato, a no ser que pagues todo el primer año por adelantado.

Por esto también lo más sencillo es comprar una tarjeta de prepago, por la cual, te recordamos, tienes que tener en cuenta lo siguiente:

  • que tarifas ofrecen para el país a que llamas;
  • la duración de tus llamadas: si haces muchas llamadas cortas será mejor una tarifa sin tasa de conexión y que cobra por segundo;
  • el precio por minuto, aunque la tarifa por minuto más barata puede llevar costes adicionales.

Y si todavía tienes dudas y quieres saber más, las tiendas especializadas en móviles como Carephone Warehouse y Phones4U son buenos sitios donde ir para obtener informaciones.

La comida italiana, una pequeña degustación

También Elizabeth Gilbert, en su libro Come, reza, ama, nos aconseja ir a Italia sobre todo por su sabrosa comida: de hecho, la protagonista de la historia vive cuatro meses en Roma antes de buscar la paz interior en India y luego el amor de su vida en Indonesia.
Para consolidar aún más este estereotipo, hoy te hablamos de las 8 mejores comidas típicas de Italia.
1. La pizza.
pizza
Por supuesto hay que empezar por la comida más famosa y apreciada en todo el mundo. ¿Quién iba a imaginar que sólo con harina, agua y levadura se puede obtener algo tan sabroso? 😉
2. La pasta
pasta espagueti
Aunque quizás lo que más nos suene sea la pizza, originaria de Nápoles, el plato típico en Italia es la pasta. También el pan, que se calcula en un consumo por persona y día de 250 gramos.
3. Arancini
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Especialidad de la cocina siciliana, son croquetas de arroz y con queso parmesano y azafrán que pueden llevar al interior ragù de carne o de guisantes.
4. Piadina
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Este plato es típico del la región Romaña, y es un pan plano y redondo doblado para que lleve al interior varios tipos de jamón (o mortadela) con queso y verduras.
5. Milanesa
milanesa
El nombre mismo lo dice todo: plato de la ciudad de Milán, es un filete fino normalmente de carne vacuna (puede ser también de pollo o pescado) pasado por huevo batido, por pan rallado y luego frito. Lo mejor es comerla con patatas fritas y limón!
6. Tortellini
tortellini
Es una pasta de formato especial de la región de Emilia Romaña que puede rellenarse de varias cosas y también cocinarse con diferentes salsas. Lo típico es que lleve carne o jamón, pero también requesón o calabaza o champiñones. Se cocinan en caldo, con salsa de tomate o salsa de mantequilla.
7. Cannoli siciliani
cannolo siciliano
No pueden faltar los dulces! El cannolo consiste en una masa enrollada en forma de tubo que dentro lleva ingredientes mezclados con queso “ricotta” según una receta que puede variar bastante…pero siempre es muy buena!
8. Pastiera napoletana
Pastiera_Napoletana
Esta tarta es de la región de Napoles y típico del periodo de Pascua y está hecha con Pasta brisée rellena de una mezcla de queso ricota, azúcar, grano cocido y leche. Su olor inconfundible se debe al aroma de naranja o vainilla.

¿Cual de estas comidas habéis probado ya? ¡Déjanos un comentario!

Viajar ayer, viajar hoy

Algunos viajan cada día para trabajar, otros sólo se van de vacaciones por una semanita o dos al año, y luego hay también los que no pueden vivir sin lanzarse a la aventura cada vez que puedan.
Si le preguntamos a todos ellos lo que ha cambiado en los últimos años al desplazarse en varios sitios, creo que lo primero que piensan es que ahora todo es más rápido, mas fácil.

También más cómodo a veces: pienso a los viajes en tren en primera clase, la de los “business man”, con asientos más largos, reclinables, con su propia mesilla y enchufe para seguir trabajando al ordenador. Hay trenes en Japón o China que viajan hasta los 600 km/h, y sin tocar tierra, gracias a la tecnología de levitación magnética.

Esto ya nos parecía algo muy futurístico hace algunos años, no?

Así que hoy quiero viajar atrás con la memoria y pensar a las cosas que han cambiado en los últimos seis años. Seis, porque en 2009 me fui de Erasmus por primera vez, en España, y hoy el circulo se cierra con mi tercer Erasmus – también el ultimo de mi carrera – en España otra vez.

Pero esta ya es otra historia.

Mi primera vez en España fue toda una aventura: yo era poco más que una niña que nunca había salido de su pueblo por más de quince días y nunca sin mi familia o mis amigos. Vagabundeaba por las calles y las avenidas con mi mochila, parándome a cada esquina para mirar al mapa y orientarme. Eran los tiempos de que mi móvil era una pequeña caja de plástico con una pantalla de dos centímetros y en blanco y negro, con la que solo podía llamar y enviar mensajes a Italia.

Creo que muy pocas veces, paseando con mis amigas, hemos visto las enseñas de “Aquí hay Wi-fi” fuera de los bares, y tampoco era importante, porque ninguna podía o quería conectarse.
Porque conectarse? Teníamos nuestros mapas, nuestras cámaras para sacar fotos que no queríamos subir al Facebook o al Instagram, nos íbamos de tapas sin buscar por los “mejores restaurantes” en Tripadvisor, ni tampoco le sacábamos fotos a nuestras comidas.

Fue el año de las verdaderas aventuras, de los viajes sin reservar habitaciones en los hoteles, de perderse en las ciudades y preguntar a la gente por donde ir.
Si hecho de menos a todo esto? La verdad que sí, pero no me quitáis el Google Maps!